Marcelo Guital y elecciones en la Asech: "Quiero ser un puente entre el gran empresariado y las Mipyme"

Entre el 15 y 17 de diciembre próximo la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) votará para renovar a cinco de sus actuales diez directores. Este grupo será el encargado de elegir al nuevo líder del gremio que sucederá a Alejandra Mustakis. Hasta ahora, tres directores han manifestado su interés por asumir el cargo: Marcos Rivas, Gina Ocqueteau y recientemente, Marcelo Guital.

Guital, conocido por vender Agua Benedictino a Coca-Cola, mentor y promotor del emprendimiento, postula con la idea de ser un líder de acción. "Mi motivación nace desde el hacer, porque puedo aportar mi experiencia como una persona que ha logrado partir de cero en un país donde cuesta mucho hacerlo", dice.

El emprendedor cree que la gestión de Alejandra Mustakis "sin duda nos deja la vara alta, una persona capaz de sentar a dos extremos políticos por un fin común es un gran mérito", mientras añade que le gustaría continuar ese camino de unión entre los actores del ecosistema del emprendimiento.

- ¿Cuál es el rol que debe cumplir la Asech?

- Primero, debemos encender la llama del emprendimiento en cada chileno. Competir contra Coca-Cola, Nestlé, u otros big players, es medio utópico, pero si a una señora tiene un carro de completos le enseñamos a hacer un estado de resultados, a marketear su negocio, a relacionarse con los proveedores y los clientes puede crecer hasta llegar a ganar tres sueldos mínimos. 

En ese sentido la Asech ha sido y debe seguir siendo un gran motor para bajar a ayudar a que las pequeñas empresas se consoliden.

- ¿De qué manera debe cumplir ese rol la Asech?

- Hoy estamos abriendo puertas en las grandes empresas para que puedan entrar pequeños empresarios. Cuando uno está en el mundo de los negocios puede ver que incluso compañías como Wallmart, también requieren de un tercero que realice servicios menores, y en ese sentido las grandes compañías tienen enorme potencial como consumidoras de servicios de pequeñas compañías.

- ¿Estará enfocada en ayudar a las PYME?

- La Asech es un reflejo de la sociedad chilena, caben todos. No podemos concentrarnos solo en el micro empresariado, porque para salvar a alguien hay que aprender a nadar primero. Siempre los emprendedores querrán crecer, y la mejor manera de lograrlo es que un gran empresario le enseñe cómo crecer.

Y para eso mi idea es ser un puente entre el gran empresariado y las mipyme, que puedan aprender el uno del otro. Hoy se están dando un montón de oportunidades que antes no habíamos visto, y hemos logrado que algunas PYME entren a vender a Wallmart, por ejemplo, lo que hace cinco años atrás era imposible

Y eso significa concretamente que una persona que vende sus productos en la calle o en una tienda pequeña, podrá hacerlo dentro de una gran posición de negocio, con gran flujo de público, y con opciones de pago que permitirán que el emprendedor aumente sus ventas.

- ¿Cómo ha reaccionado el empresariado ante estas intenciones?

- Hemos encontrado buena respuesta de la elite en esto. Se han dado cuenta de que es importante juntarnos para empujar la economía del país. Incluso las universidades lo entienden y hoy están hablando de emprendimiento. Veo a todos los stakeholders dispuestos a ayudar, y eso nunca lo había visto.

Impuesto diferenciado

- ¿Tiene planes en temas regulatorios?

- La tecnología hoy permite tener información individualizada de cada persona, lo que hace posible saber quién es ordenado financieramente y quién no. En esa línea, pretendo impulsar un impuesto diferenciado para las empresas que están partiendo. La idea es flexibilizar la política y los criterios que tienen los bancos con las PYME. Entonces así, cuando un emprendedor tenga un buen comportamiento financiero, la banca podría tener, por ejemplo, cierto nivel de deferencia a la hora de dar acceso a financiamiento.

- ¿Sería una rebaja de impuesto?

- Más que una rebaja, se trata de corregir la manera en que se pagan los impuestos. Hoy en día se cobra el impuesto a las PYME antes de que los proveedores les paguen. Cuando un emprendedor le vende a un retailer $ 1 millón a 90 días, y tiene que pagar el IVA en 30 días, imposible que pueda crecer. El impuesto en ese sentido debería ser de acuerdo al ingreso real, no a la factura.

Y además deberíamos tener una línea de impuesto diferenciado según la calidad del emprendimiento. No es lo mismo cobrarle a una empresa transnacional que a una persona que está partiendo.

Si hay un chileno que está a punto de sacar la vacuna contra el Covid, por ejemplo, o en el caso de startups que han tenido buen escalamiento como Cornershop y Notco, se le podría dar ciertos beneficios para que así ellos mismos ayuden a empresarios más pequeños.